No empieces, ni pares, simplemente hazlo

Solemos dedicar mucho tiempo, demasiado, a pensar sobre algo antes de comenzar a hacerlo, a pensar en cuando comenzarlo y cuanto tiempo nos va a llevar.

No hablamos ahora sólo de reflexionar, valorar y planificar, si no del tiempo que empleamos en pensar si hacerlo hoy, o mañana, o la semana que viene, si nos va a llevar una hora, un día, …

Cuando lo sano y eficiente es, una vez planificado, comenzar a hacerlo lo antes posible, y dedicar a la planificación el tiempo necesario pero no más, no vuelvas una y otra vez sobre lo mismo, a analizar lo mismo, a darle otra vuelta, intenta no caer en lo que se ha dado en llamar la “parálisis por el análisis”.

Por otro lado, estamos dando demasiada importancia al intelecto, y utilizamos sólo una parte de nuestro cerebro. Déjate también guiar por la intuición, la intuición es una herramienta muy poderosa, mucho más de lo que solemos creer.

Lamentablemente, procedemos de un sistema educativo que se centra demasiado en algunos aspecto de nuestro intelecto, dejando otros totalmente apartados, y nos formatea el cerebro.

Hoy leía en un libro lo siguiente:

El Director del Instituto del Cerebro en Milán, durante una conferencia, dijo una frase: “Genio se nace…y a imbécil se llega”. Y entre el público alguien preguntó: “profesor ¿que hay entre medias?”, a lo que el profesor contestó: “el sistema en el que nos educamos unos a otros“.

Cuando somos niños buscamos soluciones a los problemas que nos van surgiendo, exploramos cómo ser eficientes con nuestra creatividad, observamos abiertos a todo, cuestionamos con ingenuidad el por qué de las cosas, aprendemos sin prejuicios descubriendo el mundo sin dar las cosas por hechas, disfrutándolo, y jugamos con todo lo que hacemos. Debemos intentar recordar como veíamos la vida cuando éramos niños, más allá de todos los límites que nos hemos impuesto en nuestra cabeza.

El sistema educativo ahoga nuestra propia intuición, encasillándonos y programándonos con pensamientos preconcebidos. Sin embargo, esa voz de la intuición es precisamente la que tendríamos que seguir y en vez de dar tantas vueltas al intelecto y tantas vueltas a la mente como si deshojáramos una margarita, que si sí, que si no, que si sí, que si no,…, es tan simple como: ¡LO HAGO YA!

Así que recuerda: no tienes ni que empezar ni parar, sólo hacerlo.

Un abrazo

Imagen de cabecera de Muhammad Ihsannudin en Pixabay


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